En la tranquila y pequeña ciudad de Riverton, la leyenda cuenta que un asesino en serie juró regresar para matar a los siete niños que nacieron la noche que él murió. Han pasado 16 años, y vuelve a haber desapariciones. ¿Se ha reencarnado el psicópata en uno de los siete adolescentes o sobrevivió aquella noche que le dieron por muerto? Sólo uno de los chicos sabe la respuesta. (FILMAFFINITY).
Aunque en España aún no se haya estrenado (debido al poco éxito de público y crítica que ha tenido …) Wes Craven dirigió esta película antes de Scream 4. Wes es un director peculiar (por no decir irregular) que es capaz de realizar taquillazos y obras maestras (Scream, Scream 2, Pesadilla en Elm Street, La última casa a la izquierda), alternando con películas simplemente interesantes (Un vampiro suelto en Brooklin, La nueva pesadilla, El sótano del miedo, Shocker 100000 voltios de terror….) y, casi al mismo tiempo dirigir truños como La Maldición o la película de la que voy a hablar ahora. Es un caso diferente al de mi adorado Darío Argento, que con los años va dando muestras de cansancio y de falta de ideas, y sigue una línea descendente pero uniforme (espero equivocarme y nos sorprenda pronto con algo genial). Wes, sin embargo es capaz de hacer 2 películas casi seguidas, una muy buena y una muy mala, y quedarse tan a gusto.
Almas condenadas es una especie de híbrido entre Scream e Identidad (por poner algún ejemplo), pero sin alcanzar la calidad, gracia o ritmo de ninguna de ellas.
La película empieza de una manera acelerada, presentándonos a multitud de personajes de una manera un tanto confusa. Con algo de esfuerzo nos vamos enterando del argumento…pero todo es muy disperso, caótico. Cuando llega la mitad de la película, y más o menos, sabemos de qué va todo, el ritmo decae estrepitosamente y tenemos que soportar interminables diálogos y situaciones forzadas sin ningún interés. De repente ya nos da igual quien es el asesino y si es real o del más allá.
Al contrario que las Scream, Almas condenadas es totalmente seria, no hay atisbo de humor, autoparodia u homenajes y, en mi humilde opinión, es uno de los grandes errores que comete. Si tienes un guion flojo y poco original, tómatelo a coña para que la gente pueda verlo desde otra perspectiva.
Si a todo lo dicho le sumamos que en ningún momento da miedo, inquieta o asusta, y que las muertes son totalmente recatadas y poco imaginativas, llegamos a la conclusión de que Almas condenadas es uno de los mayores desastres (con permiso de la Maldición) de mi querido Wes.
En la próxima lo harás mejor, Wes, confío en ti!
3/10
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