Desde la primera vez que oí hablar de esta película, sentí una gran curiosidad. Como ya he dicho cuando hablé de “La Casa Muda”, tengo especial debilidad por las películas de cámara subjetiva. Ya las hemos visto con fantasmas, brujas, ritos satánicos, exorcismos, psicópatas, alienígenas…faltaban los TROLLS!
Como no podía ser de otra manera, al comienzo de la película nos avisan de que lo que vamos a ver son fragmentos de película que se han recuperado y que todo es verídico. Tres universitarios curiosos dan con un cazador de trolls, que, harto de su trabajo, les permite grabar su rutina laboral para que el mundo se entere por fin de lo que ocultan los bosques de Noruega. Así que lo que se nos ofrece es un falso documental sobre la vida de los trolls en su habitat natural. En un principio, la historia puede parecer poco interesante, pero el cazador nos va dando unas clases muy instructivas sobre la vida, costumbres, debilidades, etc. de estos mamíferos y llega un momento en que la historia te engancha. Además de que, de vez en cuando, nos deleitan con alguna que otra secuencia trepidante (la aparición del troll gigante es bastante espectacular).
Que nadie se piense que es la típica película en la que no se muestra al monstruo hasta el final y, mientras, nos marean con la cámara de aquí para allá… aquí vemos diferentes tipos de trolls desde el principio y con bastante claridad (mi favorito es el que aparece en primer lugar, con una característica “especial”).
Como curiosidad, decir que en un momento de la película se rompen las reglas de la cámara subjetiva, ya que hay un par de planos que no están grabados por el cámara…
Puede que a los más impacientes les parezca una película un poco lenta con momentos aislados de acción, pero a mí, la historia consiguió atraparme y me hizo perdonarle algunos fallos de ritmo.
7/10
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