La reseña de esta película va a ser necesariamente corta. No es porque esté más vago de lo habitual, sino porque cuanto menos se sepa de ella, mejor (bueno, o peor... según el gusto de cada uno). También es de obligado cumplimiento ver el trailer primero (uno de los mejores que he visto en mucho tiempo), que hará que tu imaginación vuele y se invente un desenlace que muy probablemente no tendrá nada que ver con el real. Precisamente esta gran disonancia entre el desenlace de la película y el que tú te creas en tu cabeza, es lo que puede hacer que te encante la película o que te parezca una pérdida de tiempo.
No he leído mucho sobre ella, pero lo poco que sé es que no queda claro si es realmente un documental verídico o simplemente la típica campaña de marketing perfectamente articulada. Realmente no importa tanto, ya que la película está muy bien hecha y tanto las situaciones como las reacciones e interpretaciones de los actores (o no) son muy naturales y creíbles.
Obviamente no voy a contar nada más de lo que aparece en el trailer: un chico de New York, Nev, y sus dos amigos documentan la relación de amistad que se establece entre el protagonista y una familia a través del facebook. Todo comienza gracias a los dibujos que realiza Abby, la pequeña de la familia. Poco a poco van adentrándose más y más en la vida de esta familia a través de la red social hasta que entra en juego la hermana mayor, por la que Nev se siente fuertemente atraido y con la que comienza una ciber-relación. La curiosidad llevará a nuestros chicos de New York hasta una granja de Michigan....
Todo lo que ocurre a partir de ese momento es inesperado, sorprendente, emotivo, inquietante, sórdido... o incluso ninguno de los adjetivos anteriores. Desde luego, en mi provocó sentimientos encontrados, me dejó cierta desazón y malestar y me hizo pensar un poco, que de vez en cuando no está de más.
En la época que nos ha tocado vivir, tanto tu como yo podemos vivir una historia como la de Nev... nadie está totalmente a salvo...